viernes, 17 de febrero de 2017

A veces también me enfado

Ayer mis chicos consiguieron cabrearme, y eso que creo que llevaba años sin hacerlo.



No me dejaban dar la clase, no había manera de leer con ellos unos capítulos del libro con el que estamos ahora, después no había forma de empezar las explicaciones y por último, cuando conseguí hablar durante dos minutos, con miles de interrupciones de por medio, y me puse con ellos a leer unos poemas, ya fue imposible.

Tengo una paciencia casi infinita y tiendo a ponerme en su lugar, a entender que es un rollo estar sentado hora tras hora mientras te cuentan cosas que no te interesan, pero ya habíamos pasado una hora en los ordenadores, entretenidos, trabajando y escuchando música. Así que tocaba un poco de clase tradicional, y esperaba que hoy fuera entretenida, porque me quedaba muy poquito para terminar una tema y quería leer algo de poesía con ellos.




Así que me enfadé de la peor forma que me puedo enfadar, porque no soy de dar gritos, de castigar (aunque a veces lo haga), sino de quedarme callada y comérmelo yo todo. Me hierve la sangre, pero muy dentro, y eso hace daño.

Ellos se dieron cuenta pero parece ser que les dio igual.

Y ahora les espera una larga penitencia. Primero, no les voy a llevar a los ordenadores a trabajar hasta nuevo aviso, algo que hacemos casi a diario, porque tenemos dos horas seguidas cada día, y una aprovechamos para hacer investigación, ver un documental o preparar trabajos. Segundo, mañana en tutoría, en vez de seguir con la peli que estamos viendo, vamos a hacer una tutoría como a ellos no les gusta, de trabajar también, y así sucesivamente.




Se van a acordar de lo que es tener clases distendidas y amenas cuando dejen de tenerlas.

(Luego también es cierto que no puedo mantenerme enfadada mucho tiempo...)


10 comentarios:

  1. A veces viene bien enfadarse... Animo, que ya es viernes.

    ResponderEliminar
  2. Siento decirte que a los géminis se nos pasan rápido los cabreos...;)
    De vez en cuando es imposible no explotar, pero seguro que con tu castigo van a aprender.
    Ánimo, Ro, que ya es viernes

    ResponderEliminar
  3. Pues estoy contigo, que valoren lo que tienen. A ver si cuando carezcan de esos momentos relajados y distendidos se dan cuenta que de vez en cuando también hay que comportarse, como dice mi padre hay que estar para las duras y para las maduras.
    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Lo raro era tanta santa paciencia...
    Ya verás como luego están como una seda.

    ResponderEliminar
  5. Es inevitable enfadarse, aunque uno los quiere muchísimo y los aconseja un montón. Ánimo.

    ResponderEliminar
  6. Bufff yo es que no tendría paciencia....!!! pero está muy bien que aprendan a valorar los privilegios cuando los pierden durante un tiempo. Besos guapa.

    ResponderEliminar
  7. Yo al revés, tengo que aprender a no enfadarme, enseguida pierdo la paciencia.

    ResponderEliminar

Cuéntame...