Alumnos ensayando con guitarras, trompetas, pianos, baterías, saxofones, y demás cosas que hacen ruido.
Alumnos transportando sillas escaleras abajo hacia el gimnasio.
Alumnas ensayando su exhibición de gimnasia rítmica.
Alumnos vagueando, perdiendo el tiempo o cotilleando a ver qué se cuece para esta tarde.
Profesores escaqueándose de sus clases aprovechando el río revuelto (que también los hay, escaqueadores hay en todas partes).
Profesores intentando dar clase entre todo el revuelo y el ruido que se está montando.
Profesora (esta soy yo) grapando la moqueta, colocando la tela del fondo, montando un fotocall, imprimiendo y pegando letras con el nombre del instituto y el acto, subiendo y bajando las escaleras unas doscientas veces y sólo son las doce de la mañana (qué bien me va a venir para saltarme la dieta esta noche. Je je.), y, ahora mismo, profesora descansando un segundo para beberse una botella de agua bien fría, que hace un calor que te mueres, o ¿serán las veces que he subido y bajado las escaleras).
Desead que todo salga bien. Los chicos están ya emocionados, de los nervios, y las familias, y nosotros. Son unos cuantos años juntos, los hemos visto crecer, y ahora se nos van al mundo...
Nada, lo dicho, voy a llorar como una loca esta tarde. Ya se me caen las lágrimas y aún no he oído a nuestras alumnas cantar o el discurso de despedida...
Mañana os contaré.